Hermosa ciudad con monumentos, historia y un mirador natural, Málaga capital se ha visto ensombrecida como capital cultural por las cercanas Granada y Córdoba, y también por el turismo de sol y playa de los balnearios de la propia provincia que encabeza. Así, el turista deja de lado un rico patrimonio que cuenta, entre otras cosas con un palacio-fortaleza muy similar a la propia Alhambra de Granada, pero no tan promocionado ni conocido: la Alcazaba y el Castillo de Gibralfaro, desde donde las vistas de la capital de la Costa del Sol son espectaculares.
El río Guadalmedina divide la ciudad en este y oeste; y es a oriente adonde quedan la mayoría de los monumentos y restos arquitectónicos. Málaga era el puerto principal del Reino de Granada, y a su sombra creció como otra gran ciudad.
De época más contemporánea, Málaga reúne la riqueza en torno a su hijo predilecto, el inmortal pintor Pablo Picasso. Un paseo y unas tapas de pescaíto frito alrededor del puerto, o en la playa de La Malagueta tras una tarde de vuelta y vuelta en la arena nos permitirán descansar de la larga caminata que supone recorrer a pie el Camino a Gibralfaro (también podríamos elegir el autobús).