Tuzla: decadencia industrial y herencia imborrable de la Guerra de los Balcanes
Tristemente famosa por las recientes revueltas que han hecho temer por la explosión de un nuevo conflicto armado civil en los Balcanes, Tuzla es una ciudad marcada por la decadencia industrial y el peso demográfico de los refugiados serbobosnios. En veinte años, Tuzla ha pasado de albergar unos 130.000 habitantes a sobrepasar los 160.000, una oleada masiva imposible de absorber.
Tuzla, cuyo nombre deriva de la palabra turca para «sal», es la gran ciudad del noreste bosnio, la urbe cercana a la frontera con la república de Serbia. Al igual que en todo el oriente de Bosnia y Herzegovina, la cartelería e indicaciones del cantón se rotula en cirílico, precisamente por tratarse de la zona de influencia serbia en este país cuya identidad propia apenas se reduce a Sarajevo.
Tuzla es uno de los asentamientos más antiguos de Europa, con más de 6.000 años y con un poblamiento tradicionalmente ligado a la producción de sal. Una de las pocas innovaciones tras las últimas guerras y que está orientada al escaso turismo es el Solni Trg, inaugurado hace diez años y que, al aire libre, muestra precisamente eso: el proceso de extracción de sal.
La cuarta ciudad de Bosnia y Herzegovina no se libró ni mucho menos de los desmanes de la cruenta guerra. No fue Móstar ni Sarajevo, tampoco la no demasiado lejana Srebrenica, pero tuvo su propio episodio negro, el 25 de mayo de 1995, cuando el ejército de la por entonces llamada República Serbia de Bosnia y Herzegovina perpetró la Masacre de Tuzla, bombardeando una reunión de estudiantes en la que dejó 71 muertos y 200 heridos, casi todos menores de 25 años.
Tuzla es un conglomerado de viejas fábricas y chimeneas desconchadas, con una horripilante central eléctrica decorando su horizonte, pero conserva un pequeño y encantador centro histórico preñado de construcciones de la época austro-húngara en torno a la peatonal calle Kapia. También podremos contemplar la mezquita de más renombre de la zona, Sarena, muy cercana a la catedral ortodoxa, simbolizando lo que es el día a día de la dualidad de este país. También tiene una rica actividad cultural, otorgando el premio literario más importante en alguna de las lenguas nacionales y organizando una Feria del Libro, gracias en parte a la influencia de Mesa Selimovic, uno de los literatos más influyentes del país tras el Nobel Ivo Andric.
Los lagos Panónicos o lago salado de Tuzla, el único de Europa
Pero si Tuzla tiene un atractivo turístico clave es su lago salado, el único en Europa. En realidad, son tres lagos, llamados Lagos Panónicos (por estar al borde de la llanura de Panonia. Hace diez millones de años fue un mar, de ahí los restos salados). Sus aguas manan de las profundidades de la tierra, se cuelan entre piedras que arden en verano y se llenan de ansiosos bañistas que disfrutan aquí de un trozo de lejano mar. En torno al lago, se ha levantado un complejo turístico similar a un resort, con hamacas, equipamiento y hostelería. La sensación más particular es salir del refrescante agua con la piel blanquecina por las altas dosis de sal. A los pies de la cordillera Majevica, junto al río Jala y a más de 300 kilómetros de la escasa costa bosnia por carreteras convencionales (Neum, a casi 5 horas de trayecto), el lago de Tuzla es la riviera del noreste de Bosnia y Herzegovina e incluso del norte y oeste de Serbia.
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