La Isla, en Colunga, una playa de concha partida en dos por el tómbolo que en bajamar crea su islote
«Asturias, paraíso natural» hace muchos años que dejó de ser un eslogan publicitario para convertirse en una seña de identidad, en una precisa definición de este pequeño territorio del norte español, orgulloso de su verdor exuberante tanto como de su gastronomía, su paisanaje y su peso histórico. De entre los dos cientos de playas de sus 354 kilómetros de costa, hay decenas que destacan por una belleza singular, normalmente ligada al entorno y la geología. En esta ocasión, nos quedamos en este resguardado arenal con forma de concha partida a la mitad debido a la división de corrientes que provoca el verde islote que le da nombre.
La Isla pertenece al concejo de Colunga, en el ala oriental del Principado, la más turística. Está en el pueblo homónimo y, aun en verano, sobrevive a duras penas a la masificación por situarse justo entre dos de las playas más concurridas de Asturias: La Griega, en el mismo término municipal, y La Espasa, perteneciente ya mayoritariamente a Caravia, que también cuenta con el hermoso Arenal de Morís. Aun así, cada vez más gente la conoce y la disfruta, y poco a poco va contando con servicios propios de una playa concurrida, como restaurante y hasta escuela de deportes acuáticos.
También puede ayudar el que ninguna de las dos salidas de la Autovía del Cantábrico (A-8) por las que puede accederse la tengan señalizada y que su nombre está insertado de mala manera en el cartel de la glorieta de Colunga, compitiendo con los grandes paneles que, a la izquierda, nos envían al Museo del Jurásico de Asturias, justo sobre la playa de La Griega.
Las dos playas de La Isla en bajamar y la más brava de El Barrigón
La Isla tiene tres sectores. Los dos primeros, los marca el tómbolo que forma la arena con el desvío de las olas por El Peñón. El tercero, el más oriental, solo está comunicado con la playa principal en bajamar. Con marea alta, el agua llega hasta el saliente que divide el arenal. Este sector, de hecho, es considerado otra playa, «El Barrigón». A resguardo de las corrientes, el bravío Cantábrico suele ser aquí una balsa, completamente calma, salvo en ese sector más oriental.
Pero si hay algo que convierta en muy especial esta playa, además del islote y de la peculiar arquitectura de las «casonas de indianos», es tener las montañas justo detrás, hasta el punto de que en verano el sol se esconde un par de horas antes que en otros balnearios cercanos.
Mar y montaña: el picu Pienzu, en la sierra del Sueve, la cumbre más cercana al mar en toda Europa
Es precisamente una montaña de la sierra del Sueve, el picu Pienzu, la que está considerada la más alta de Europa en relación a su cercanía con el mar. De hecho, solo hay cinco kilómetros en línea recta y se levanta hasta los 1.149 metros de altitud. Es una de las cumbres más cercanas al mar en todo el planeta y desde donde, bien pertrechado en un día despejado, se puede divisar desde Galicia hasta el País Vasco.
Lo cierto es que en el interior nos encontramos una joya de la arquitectura del Prerrománico, Santiago de Gobiendes y, a once kilómetros de la autovía, tras superar una sinuosa ascensión que alberga todo tipo de competiciones de motor y bicicleta, coronaremos El Fitu, en el límite entre los concejos de Caravia y Parres. En 1927, se erigió aquí un mirador, con forma de ovni, desde el cual se divisa toda la costa desde Gijón hasta Ribadesella, con la propia playa de La Isla esplendorosa desde las alturas, y las impresionantes cimas de los Picos de Europa, incluyendo el mítico picu Urriellu o Naranjo de Bulnes, la montaña más popular de Asturias para los escaladores (2.519 metros). El borde del mirador es todo él un mapa que gira 360º indicando qué ves en cada una de las direcciones en las que mires.
El Sueve, macizo montañoso costero al que pertenecen tanto El Fitu como Pienzu, permite así darse los primeros baños de la primavera en sus faldas y observar las últimas nieves que dejó el invierno refulgir al atardecer.
¿Te parece poco? Pues a menos de 50 kilómetros…
https://laurifog.wordpress.com/2013/05/25/el-tesoro-escondido-de-la-costa-asturiana/
Espectacular la zona de Colunga y Lastres, quizá mi favorita de Asturias, aunque me falta kilometraje por la parte occidental. Tanto la subida como la bajada del Fitu me la suelo hacer sin ontro que hacer, porque sí. El descenso a Arriondas, con el arco de árboles, la espesura del bosque que parece que en cuestión de minutos va a invadir la carretera, es mágico para mí. Dejas caer el coche y sólo tienes que preocuparte de frenar, con cuidado si llueve porque el asfalto es finísimo…
La Isla, el Barrigón , la Espasa, ….. las playas de mi niñez, la nostalgia me puede leyendo tu estupendo post. Todos los veranos hasta los vente y pico años los pasé en La Isla y después de conocer muchísimos sitios, muchísimas playas (somos viajeros incansables) podemos decir que la Espasa y sus alrededores a los pies del Sueve, son de las más bonitas de España por no decir del mundo, genial como describes este precioso entorno. Saludos