La playa del Silencio, un lugar de la costa de Cudillero para olvidarse del ruido y del mundo
Hay playas para bañarse, disfrutar de la arena y hasta de unas tapas en el chiringuito, y hay playas como la playa del Silencio: para olvidarse del mundo, pasear, meditar y perderse solo o en compañía. Como en pleno invierno el baño y el sol en la tumbona no parecen el mejor plan, los que están enfermos de mar tienen otras opciones para gozar de la costa si están cerca de Cudillero.
En el corazón de la costa occidental de Asturias, la menos masificada, encontramos varios enclaves en los que deleitarse con el vaivén de las olas: pueblos portuarios, acantilados, paseos marítimos… y playas que sobrecogen. La playa del Silencio, en el municipio de Cudillero, es uno de esos parajes que cortan la respiración.
Cómo llegar a la playa del Silencio, en Cudillero
Se accede a ella desde la autovía del Cantábrico, por la salida de Novellana. Y de ahí, se va en dirección Castañeras. Luego, ya viene señalada. Se conoce también como playa de Gavieiro o Gavieiru, y es una playa de guijarros al fondo de un abrupto acantilado.
Tenemos que dejar el coche en un aparcamiento al inicio o en un hueco del camino, pues apenas hay espacio para cuatro o cinco vehículos en una suerte de ensanche al inicio de la senda que baja. Además, la vista más espectacular de la playa se da arriba, al inicio del camino, desde donde se ve el acantilado que se adentra en el mar en toda su extensión.
La playa del Silencio, sin origen volcánico, tiene la forma también de una gran caldera como la de Santorini, pero mucho menor. Pareciera que hace siglos cayó un gran meteorito y dejó esta hoya rodeada de paredes verticales cortadas a pico.
La diferencia de las mareas crea dos playas diferentes en el Silencio
Por unas escaleras, se accede al escaso medio kilómetro de playa, que prácticamente desaparece con pleamar. No hay arena, sino guijarros, y el leve oleaje los hace chocar entre ellos, arrastrándolos con la resaca. Es relajante, el paraíso, sentarse en las rocas rodeada por los acantilados. Precisamente por estar tan protegida por las altas paredes, apenas llega viento a la playa.
Durante la bajamar, podemos alargar el paseo hacia occidente, pues la playa del Silencio queda unida a la pequeña cala de El Riego. Ambas están separadas por una hilera de islotes rocosos. Además, es con la marea baja cuando podemos disfrutar de la estrecha banda de arena que queda al borde del agua.
Las aguas, calmas y claras, son perfectas para la práctica del submarinismo. Cuando luce el sol, se tornan de un espectacular verde esmeralda.
Cudillero, uno de los pueblos más hermosos de Asturias y uno de los mejores para degustar marisco
A apenas unos kilómetros, la villa marinera de Cudillero, una de las joyas de Asturias, uno de los pueblos más fotografiados y que más visitantes recibe. La imagen de postal al llegar, con las casas coloridas apretujadas en torno a la cuesta del puerto y escalando inverosímilmente por la ladera, puede verse desde el mirador como un cogollo de tejados rodeando la concurrida y gastronómica plaza.
Allí, con más tranquilidad fuera de la temporada alta, se pueden degustar mariscos frescos. El faro muerde el mar y soporta estoicamente sus embates. Desde arriba o desde abajo, Cudillero no tiene perfil malo. Quienes gusten de recorrer villas marineras por todo el mundo, no podrán evitar las italianas de Cinque Terre.
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