Ljubljana, la pequeña y discreta Viena balcánica

Río Ljubljanica, con el Tromostovje (puente triple) y la catedral de Ljubljana al fondo

Ljubljana, señorial y centroeuropea capital de Eslovenia, la que menos padeció la Guerra de los Balcanes

Eslovenia es la más centroeuropea y pacífica de las pequeñas repúblicas exyugoslavas, quizá porque fue la primera que zanjó el sangriento conflicto de los Balcanes y apenas participó en la guerra. Aunque la crisis financiera amenaza en los últimos meses con derrumbar la paz de este pequeño territorio a los pies de los Alpes Julianos, el viajero va a sentir en todo momento que recorre bellos y apacibles enclaves, y se sentirá como en casa en su coqueta capital.

Eslovenia apenas acaba de cumplir la mayoría de edad como país, tras su independencia en 1991. Y Ljubljana, con unos 300.000 habitantes, no deja de ser, por tamaño, una capital de provincias de cualquiera de los grandes países europeos, como de su vecina Italia, por ejemplo. Sin embargo, por su ubicación e influencias históricas, no tiene nada que envidiar a las cercanas ciudades imperiales.

La plaza o trg Prešernov y el puente triple, Tromostovje, sobre el río Ljubljanica

La plaza (trg en esloveno) Prešernov es el punto neurálgico de la ciudad. En ella se sitúa la estatua al poeta Prešeren, a quien se dedica la plaza, y frente a él, en una pared, el busto de su amada, a quien le recitaba. De la plaza parte uno de los dos famosos puentes sobre el río Ljubljanica: el Tromostovje (puente triple), con tres pasarelas que se unen al otro lado del caudal, de donde nace la bella columnata que alberga el edificio del mercado. Los dos pasos laterales, añadidos al puente original, son obra del gran arquitecto esloveno Jože Plecnik. Él quiso hacer de Ljubljana una pequeña Viena después de cursar allí sus estudios.

Al final de la arcada del mercado, donde sólo exponen algunos afortunados, se ubica la plaza Vodnikov, con los puestos más populares de frutas y verduras. Allí es donde nace el otro puente emblemático. Y no lo es sólo por su belleza, sino porque refleja el símbolo del país: el dragón, con dos figuras de este animal legendario a cada orilla. Es el Puente del Dragón o Zmajski Most. Revolucionario en su época, fue de las primeras obras artísticas realizadas en Europa en hierro y hormigón.

La pequeña catedral y la Columna de María, que simboliza la victoria contra los turcos, son algunos de los puntos imperdibles. Pero, sobre todo, no se puede abandonar Ljubljana sin detenerse en las terrazas de la ribera a disfrutar de un café de sobremesa o un cóctel vespertino. El paseo en barca es otra recomendación para llegar a las zonas más alejadas y verdes.

Saliendo del centro, Ljubljana verde y alternativa

El barrio medieval, Krakovo, se sitúa en esa zona. Las casas de planta baja y las sencillas tabernas convierten al área en un pueblo separado de la ciudad, más que en un barrio. Un pueblo tranquilo donde se respira aroma a autenticidad e identidad propia.

El castillo (grad) y sus vistas de toda la ciudad (incluyendo la enorme y horrenda torre del edificio de la radio) completan los lugares de la ruta imprescindible. Un café en su patio, aunque caro, merece la pena. En general, el viajero no debe llamarse a engaños, pues Eslovenia está lejos de ser un país asequible. Más centroeuropeo que balcánico en muchos hábitos, está muy extendido el uso de la bicicleta para recorrer la capital y llegar al frondoso parque del Tívoli.

Ljubljana ofrece, además de todo, una variada e incluso más que peculiar vida cultural y nocturna, de la que hablaremos más adelante. Una última curiosidad sobre la capital eslovena… de las pocas referencias que a este país se le hacen en libros o películas de países de fuera de su entorno, una de las más llamativas es el protagonismo que Ljubljana tiene en el bestseller de Paulo Coelho «Veronika decide morir», ambientado aquí.

Más ideas para conocer Eslovenia en:

https://laurifog.wordpress.com/2012/06/10/el-mar-sin-playas-de-eslovenia/

https://laurifog.wordpress.com/2012/07/25/el-ensueno-esloveno/

https://laurifog.wordpress.com/2015/02/07/el-koper-balcanico-la-capodistria-veneciana/

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